Llevamos ya varios meses de corrección del mercado de las compañías tecnológicas y por ende, de corrección en las valoraciones de las compañías no cotizadas aguas abajo, en una cascada que llega incluso hasta las startups en fases más iniciales. Son momentos complejos para muchos de los emprendedor@s con los que hablo, con ajustes en sus planes de negocio tanto en la previsión de ingresos como en los gastos.
Y todo el mundo tiene opiniones sobre lo que está pasando, así que quería aprovechar y aportar algunos datos (gracias a Eze Vidra, Shai Goldman, Jason Lemkin y tantos otros por sus publicaciones sobre este tema durante las últimas semanas).
Parece que las cotizaciones en el NASDAQ han tocado fondo la semana pasada, bastante más allá de una esperable reversión a la media, con valoraciones en empresas cloud en múltiplos de media en 5x ingresos anuales recurrentes y con las mejores compañías cotizando a 19x. Estamos viviendo la combinación de una brutal resaca post covid, aderezada con toques de incertidumbre geopolítica y un dinero mucho más caro.
Según los datos de Pitchbook de Q3 de 2022, los VCs de growth han sufrido más la volatilidad del mercado que inversores en otras fases. Las valoraciones medias han bajado un 29% desde Q1 del año 2022, hasta $71 millones en Q3, e incluso con bajadas del 50 al 70% en etapas más cercanas a la IPO, mientras que las valoraciones iniciales han permanecido parecidas a los niveles de 2021.
Ese tsunami, que todavía sigue mandando fuertes olas de incertidumbre en el mercado americano, ha llegado algo atemperado a nuestras costas, donde las valoraciones de partida eran claramente más bajas y en las rondas de crecimiento se mueven en valoraciones en rangos de 20 a 40 millones de euros, con bajadas en torno al 20-30%.
Al tiempo que se nota una potente reducción de actividad inversora, con un 85% de la inversión paralizada en rondas de Series B en adelante. En etapas de capital semilla, los datos dicen que los deals tardan más tiempo en cerrarse y se han reducido un 40% en volumen, pero nosotros no hemos reducido nuestra actividad. Considerando que en plazos de 6-10 años, una crisis como la actual es un factor más coyuntural que estructural y por tanto, hay menos sensibilidad al precio por las condiciones macro en startups que empiezan.
Eso sí, los tiempos de valoraciones a 100x ingresos se han terminado, y los afortunados que consiguieron levantar dinero con esas valoraciones tienen la oportunidad de usar con cabeza la caja conseguida para crecer, hasta llegar a valer aquello que inversores en 2021 pagaron por ellos, facturando 3-4 veces más que entonces. Y los múltiplos de 10x están ahora reservados para las compañías con muy buenas unit economics, en mercados grandes y con un potencial enorme, no para la parte baja de la tabla.
Además en Latinoamérica se produce un efecto adicional con la abrupta salida del mercado de Softbank y de muchos players americanos que entraron el año pasado como Tiger, Coatue, etc. Aunque algunos fondos como A16Z siguen activos. Así que la actividad en Late-stage prácticamente se ha parado, salvo rondas internas en notas convertibles sin fijar valoraciones o con términos más onerosos.
Q3 fue el trimestre con menor actividad en la región desde el año 2020 y no hubo ni un sólo nuevo unicornio surgido en LATAM (comparado con los casi 50 que existen hoy día). Aunque también aquí, las inversiones en fases iniciales han seguido ocurriendo aunque a un ritmo un tanto menor.
Una tendencia que se ve de manera extrema en LatAm, pero que también es global, es cómo el Venture Debt se ha convertido en una alternativa muy relevante de financiación, con $0.3 B concedidos a startups en la región en Q3 del 2022.
Así que estamos viendo un efecto desigual, tanto en estadios como en regiones pero significativo en todo caso.
No parece que vayamos a vivir una vuelta rápida a la situación de 2021 y que se abran las compuertas de la financiación de repente a finales de este año o principios del 2023, a pesar del famoso dry powder acumulado por los inversores, si no que tiene pinta de que viviremos varios años con valoraciones ajustadas y con los VCs centrados en gestionar sus propios portafolios con follow-ons y procesos de venta, cierre, etc.
Además, los despidos de las grandes tecnológicas y la reducción de sus presupuestos de gasto en otras plataformas tecnológicas tendrán un efecto cascada en compañías más pequeñas y aunque éstas tendrán más fácil captar talento con ofertas salariales competitivas, el resultado neto de ese impacto será necesariamente negativo.

No quiero ser muy pesimista, porque las compañías de mayor crecimiento siguen cerrando rondas, pero la sensibilidad al precio ha subido, lo mismo que la intensidad de las due diligences y la atención a métricas, crecimiento y frugalidad inteligente.
Los fundadores tendrán que asumir esta nueva situación, para entender que:
- Salvo un cambio brutal de las perspectivas de tu mercado particular, si has conseguido doblar ingresos este año, tu compañía vale aproximadamente lo mismo ahora. Y evitar esa realidad tan incómoda con una ronda interna en la que no se hable de valoraciones a través de una nota convertible sin cap, no va a resolver el problema, sólo posponerlo.
- Muchos de los 1,191 unicornios que existen hoy en día, en realidad no lo son. Los que tengan que levantar dinero en breve considerando sus elevados consumos de caja, tendrán que ajustar sus valoraciones y también sus planes de crecimiento.
- En una situación de rondas puente y a la baja, volveremos a ver condiciones más duras en los term sheets de los inversores (liquidaciones preferentes por encima de 1x en down rounds), con más poder de negociación en su lado.
- Hay que garantizar la caja suficiente para superar la travesía del desierto, y buscar fondos que tengan apuestas a largo plazo, bolsillos para apoyar la compañía y portfolios todavía relativamente pequeños. O buscar otras fuentes como Venture Debt que puedan complementar la financiación.
- Toca centrarse en construir y hacer crecer los negocios con un claro ojo puesto en la rentabilidad y en sobrevivir más de 18 meses desde hoy. Son tiempos de grandes oportunidades en la intersección entre verticales de negocio, habilitados por la madurez de tecnologías como el AI, la conectividad o el IoT, y sigo siendo un gran creyente en el SaaS como modelo de distribución que impactará en muchos mercados.
En un par de años veremos cómo fundadores espectaculares crean líderes en sus categorías o categorías completamente nuevas y esos proyectos elevarán de nuevo los retornos de los inversores. No podemos olvidar que, para fondos lanzados entre 2008-2019, con más de 8350 empresas analizadas y 2700 ventas, ¡el 5% de las compañías (150) originó un 70% del valor!. Volveremos a ver tremendos outliers, generando retornos muy potentes.
Nadie sabe cómo será el futuro, y si algo nos están enseñando estos últimos años, es que las predicciones son poco fiables y tenemos que aceptar que el mundo es incierto y tendremos que planificar para ser más flexibles y resilientes ante las crisis.
Llueve mucho más ahí fuera que el año pasado, pero los principios fundamentales de la disrupción a través de la tecnología siguen siendo igual de válidos y mucho más racionales ahora.
Y nosotros estaremos aquí, para apoyar a los campeones que se atreven a cambiar el futuro y crean empresas espectaculares y por tanto grandes retornos.
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