Una de las reuniones más interesantes de mi viaje por EEUU, ha sido sin duda el encuentro con Kevin Koym, fundador y CEO de Techranch, una de las aceleradoras de startups tecnológicas más exitosas de Austin, Texas.
Para los que no lo sepais, Austin se ha convertido en pocos años en uno de los ecosistemas de referencia para emprendimiento tecnológico en EEUU, sólo por detrás de Silicon Valley y compitiendo mano a mano con Boulder (Colorado), Seattle y Boston.
Así que es un ejemplo mucho más interesante para Madrid, como modelo, que el de un Silicon Valley difícilmente replicable, como hemos hablado muchas veces.
Hablamos con Kevin sobre el papel de las aceleradoras, ahora que la burbuja emprendedora ha hecho que florezcan como setas tanto en EEUU como en España. En EEUU tan sólo dos aceleradoras en fase semilla están funcionando realmente bien: Ycombinator y TechStars, mientras que el resto de empresas salidas de las aceleradoras tienen que pasar un auténtico calvario para encontrar financiación al terminar su periplo. ¿Os suena esa situación?.
Kevin sostiene, y estoy totalmente de acuerdo, que las aceleradoras crean concursos de belleza que difícilmente casan con las dinámicas necesarias para formar una startup de éxito a largo plazo. Se produce un foco excesivo en las mecánicas necesarias para desarrollar un negocio (aunque sean maravillosas mecánicas de lean startup) y en las estructuras necesarias a nivel organizacional para responder con las necesidades de la empresa. Pero apenas se incide en cuales son las motivaciones del equipo emprendedor, clave para que puedan soportar la presión inicial y también para que puedan adaptarse y pivotar cuando reciben información y palos del mercado. Y sobre todo, no se trabaja en la creación de una cultura en el ecosistema.
Techranch es diferencial en ese aspecto, al enfocar todo su proceso en el emprendedor, más que en la idea o incluso en la ejecución. Qué motiva al emprendedor y cómo hacer que los emprendedores se ayuden, compartan y creen valor unos con otros. Opina Kevin que esa cultura de apoyo entre emprendedores es la que crea un ecosistema valioso y que es un factor diferencial de Austin frente a Silicon Valley o Boston.
Creo que en Madrid también es importante que dejemos de trabajar de modo aislado y encontremos cual es la conversación emprendedora que se tiene en nuestra ciudad. Si en Silicon Valley todo gira en torno a levantar la ronda de financiación más grande, en Nueva York se trata de cuánto dinero tienes, en Washington cuánto poder acumulas y en Austin de quién eres como persona, qué es lo que te apasiona, aunque sea una locura. Muy ligado al lema «keep Austin weird«, que se encuentra por toda la ciudad.
Creo que el discurso de Madrid puede ser «cómo ser creativo, viviendo bien«. Para mantener nuestra calidad de vida y felicidad general, tenemos que tener un gran foco en ser creativos y productivos, creando nuevas formas de afrontar retos de usabilidad o desarrollo. En nuestra ciudad, tenemos que usar las limitaciones de nuestro ecosistema a nivel de financiación o renombre, como armas arrojadizas para ser más arriesgados en nuestras propuestas de negocio y para atraer al talento por el ambiente acogedor y la calidad de vida de la ciudad.
No hacen falta «fancy buildings» para crear un ecosistema vibrante, si no una mentalidad abierta y colaborativa, ganas, muchas ganas y retroalimentar el proceso, de modo que los emprendedores con exit-o ayuden a los que están empezando. Todo revierte en la base de la pirámide que plantea Kevin (harvest pyramide) como esquema para una aceleradora o para un ecosistema.
La tribu de emprendedores, bebiendo de la cultura de la ciudad, es la que sustenta todo lo demás, con networking de alta calidad que fomenta la ayuda mutua y compartir habilidades y conocimientos. Es la que permite que los programas puntuales de emprendimiento, o la parte estructural (instalaciones, backoffice..) ayuden a la consolidación de los proyectos, para que aquellos más viables que alcancen tracción puedan formar la punta de lanza del ecosistema como antenas de atracción de talento, visibilidad y financiación.
Creo que Chamberi Valley puede ser un buen reflejo de la parte superior de la pirámide de nuestro ecosistema local, con una responsabilidad cada vez mayor en definir la cultura emprendedora de Madrid y en hacer que la tribu local sea cada vez más potente y cohesionada.
Queda mucho por hacer…
Saludos,
Compartimos esta infografía: Vocabulario para emprendedores novatos: 21 conceptos.
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