El 50 % de los nuevos negocios en EEUU fracasan en menos de 2 años. Así que, destruyendo el mito de la meca del emprendimiento, aquí no tienen tasas de mortalidad empresarial muy diferentes de las que sufrimos en España.
Eso sí, las empresas que sobreviven tienen un crecimiento mucho mayor y acelerado que las startups españolas, porque disponen en abundancia de los tres elementos clave para alimentar el desarrollo de los nuevos proyectos: financiación, mentoring y mercado.
A través de un potente ecosistema de FFFs, business angels, Venture Capital, entidades públicas e instituciones bancarias, el acceso a la financiación inicial es mucho más sencillo y en cantidades sensiblemente superiores. Por otro lado, disponen de redes de mentores cualificados (muchos de ellos voluntarios gratuitos, como en el programa SCORE) para enseñar a los emprendedores cómo enfrentarse a los problemas comunes de cada fase empresarial. SCORE tiene más de 11.000 voluntarios con 334 capítulos en los 50 estados y han ayudado a la creación de más de 37.000 empresas.
Y por último, las pequeñas empresas americanas disponen de un mercado público y privado enorme y homogéneo para distribuir sus productos o servicios.
En España no podemos soñar con ese nivel de acceso al capital, pero en los últimos años han aparecido inversores privados que pueden ayudar en una fase inicial, y creo que estamos todos de acuerdo en que el panorama de capital riesgo ha cambiado de manera radical en este último año. Y tenemos mentores cada vez más experimentados mientras se va creando una cultura de apoyo mutuo fundamental para afrontar los retos empresariales.
Y ya que nuestro mercado es pequeño y está muy parado, no nos queda otra que pensar en global, think big, think global!.
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